domingo, 24 de junio de 2007

El rastro de sangre

El torrente de gente que intentaba salir de la plaza arrastró a Grownn varios metros. Éste, cansado por el combate, no pudo oponer resistencia a los cientos de personas que corrían y empujaban desesperados. Siguiendo el flujo, Grownn pudo acercarse a una pared del costado, dejando la vía libre a los demás. Un poco mas allá estaba su hermano, en posición de combate, esperando algo. Grownn se acercó, respirando más calmado, empuñando su arma con ambas manos.
- Hermano, ¿qué esperas?- dijo mientras miraba hacia todos lados y no veía peligro cercano alguno.
- Tranquilo, pronto lo verás...espérame aquí- y no dijo más, puesto que la criatura que permanecía en el interior de la casa, salió a toda velocidad y arrojó sangre de sus manos a los inocentes que corrían a la salida.
Grownn vio como su hermano se abalanzaba sobre la criatura y la empujaba nuevamente dentro de la casa semidestruida, mientras tanto las personas “infectadas” atacaban a todo lo que se moviera cerca, formando un tapón en la única salida posible. La desesperación entre las personas inocentes comenzó a crecer, gritos de ayuda se dejaban sentir cerca de Grownn, quién escuchaba atento la pelea en el interior de la construcción, sonidos de destrucción, gritos y golpes sonaban sin cesar.
Grownn decidió despejar la vía de escape, blandió su hacha y empezó a lanzar cortes de derecha a izquierda. Cuerpos cercenados caían sin resistencia, Grownn sabía que eran personas poseídas por algo mágico, pero no podía dejar morir a los inocentes no infectados. Dejó de lado la piedad y se enfocó en erradicar a las personas controladas. Al terminar de despejar la vía, Grownn se acercó a un costado de la casa donde había entrado su hermano hacía poco.
Ya no sentía ruidos desde el interior, el temor de que su hermano hubiera perdido invadió su mente.
Reunió todo el valor que pudo, tomó aire y rodó por el suelo para quedar frente a la entrada en posición de defensa. Estaba muy herido como para enfrentarse de frente a la criatura, así que si salía ésta última de la casa, Grownn estaría listo para saltar a un lado, y esquivar.
- HERMANO!!!!- gritó, pero no obtuvo respuesta. Una nube de polvo impedía ver bien dentro de la casa, así que nuevamente reunió valor y se adentró en los escombros.
- WROOOOOOARRRGHT- gritó mientras entraba corriendo para impedir que el temor invadiera su corazón. Marcas de golpes hechos por el arma de su hermano habían por todas partes, al igual que sangre en el piso y en las paredes. Grownn notó que la sangre salía de la casa por su parte posterior, a través de un gran agujero, así que decidió seguir ese rastro, por si su hermano necesitaba ayuda.
Avanzó lentamente, dejando atrás los gritos provenientes de la plaza.
La sangre se adentraba en el bosque, y la poca luz no impidió al joven semiorco ver, ya que una de las ventajas de pertenecer a esta raza, era la facultad de ver en la oscuridad como sí fuera de día, pero en blanco y negro.
Caminó tratando de no hacer ruido, siguiendo algunos gritos de dolor que provenían desde pocos metros más adelante. Se subió a un árbol para ver mejor y pudo distinguir un par de formas tiradas en el suelo. Apoyado en un árbol pudo distinguir a su hermano, gracias al brillo metálico de su armadura, cogió un hacha arrojadiza de su cinto y se la arrojó a la forma que yacía cerca, que no presentaba brillo alguno. El golpe fue certero, pero la figura no se movió ni emitió ruido alguno.
Grownn bajó rápidamente del árbol y se acercó a su hermano. Antes de llegar a él, se acercó a la criatura y le cortó la cabeza, sólo por precaución.
Ya al lado de su hermano, Grownn dejó a un lado su arma y notó como la armadura de guerrero estaba achicharrada por los golpes recibidos, incrustada en ciertas partes del torso.
- Hermano responde...hermano resiste...NOOOOOOOOO!!!!- gritó mientras tenía entre sus manos ensangrentadas, la cabeza del valiente guerrero.
Su hermano había muerto combatiendo a la criatura, pero no se fue solo...se llevó a su enemigo consigo al otro mundo.
Un grito invadió la espesura del bosque...lágrimas de dolor cayeron por las mejillas de Grownn.

jueves, 7 de junio de 2007

El gran show...

El tono rojizo del cielo indicaba que la noche se aproximaba, y por ende el show que mostrarían los ganadores del torneo en la plaza del pueblo.
Grownn se acercó a paso calmado al dojo, entró y miró hacia la choza del chamán. La luz estaba apagada, así que se dirigió hacía la habitación de Doji.
Dentro del pequeño despacho del dojo, Grownn escuchó las voces del chamán y de Doji, como no pudo escuchar claramente lo que hablaban, golpeó la puerta.
-¿Quién es?- preguntaron desde el interior.
- Soy Grownn, ¿puedo pasar?-
- ¿Vienes con Himsh?- preguntó Doji.
- No, entró a una taberna y no lo he visto más-
- Adelante, adelante hijo, ¿qué deseas?- preguntó desde detrás de un escritorio muy gastado, mientras el chamán se levantaba. Grownn notó que se metía algunas cosas extrañas en la bolsa del cinturón.
- Muy bien me retiro- dijo el chamán, mientras caminaba hacia la puerta.
- Espera chamán, necesito de tu consejo y sabiduría, ¿podrías esperarme afuera?-
- Bien, bien... pero no me hagas esperar demasiado- respondió el chamán mientras salía de la habitación.
Una vez solos, Grownn dejó su nueva arma y armadura en el piso y tomó asiento en un rústico piso de madera.
- Supongo que vas a ir a ver el show no Doji, nunca había visto un orco vivo, me pregunto de donde viene-
- Grownn tengo que contarte algo...¿recuerdas lo que te comenté el otro día lo que hacía Himsh en el bosque junto con algunos exploradores? Pues no era exactamente una vía de escape, hemos encontrado orcos, me parece que fueron hechizados y todos duermen, pero nosotros los despertaremos...confío en ti, no me defraudes llegado el momento. Espero verte en el show...ahora puedes irte, tengo que terminar algunas cosas de suma importancia- Dijo y volvió a enfrascarse en sus asuntos.
Absorto por las declaraciones de su amigo y cuasi maestro, Grownn recogió sus pertenencias y salió del despacho. Creía que los orcos estaban extintos, pero la noticia de que estaban vivos le produjo cierta emoción. Tenían la misma sangre y ya había visto luchar a un orco en el torneo, y la fácil victoria obtenida por él le producía algo de admiración.

Se dirigió a la choza del chamán, ya que vio una luz en el interior, avanzó a través del patio, golpeó la puerta y entró. Una habitación llena de cachivaches le dio la bienvenida, no pudo identificar cosa alguna, salvo unas hoyas y algunos elementos de cocina.
- Saludos chamán, he venido por tu sabio consejo-
- Dime, dime rápido lo que quieres que tengo cosas que hacer- replicó el chamán un tanto molesto.
- Necesito un hueso que no se rompa, he usado uno para golpear a un enano y a pesar de que me sirvió bien, se rompió, ¿no tienes algo entre tus cachivaches?-
- Mmmm pues no, pero no creo que lo necesites, con esa hacha que traes debería bastarte...sin embargo existen algunas criaturas que conozco que poseen huesos muy duros, pero son muy difíciles de conseguir...me gustaría tener alguno...si nos vemos mañana te diré como son y donde puedes encontrar estas criaturas- dijo el anciano semiorco, abriendo mucho un ojo para observar de pies a cabeza a Grownn.
- Bueno gracias de todos modos...antes de irme quisiera pedirte algún brebaje, me enfrenté a un humano hace poco y logró hacerme bastante daño-
- Jajajajaja así veo por las heridas que traes encima, te salió duro de roer jajajaja... espera y verás!- dijo el chamán mientras mostraba sus pocos dientes amarillos en algo parecido a una sonrisa, tomó su bastón con ambas manos y lo agitó varias veces, el sonido de los huesos que adornaban la vara sonaron una y otra vez, pronunció algunas palabras incomprensibles y las heridas de Grownn dejaron de sangrar.
- Vete vete muchacho, no me hagas perder mas el tiempo, estas curado...-
Grownn salió al patio recuperado, tocó donde manaba sangre y palpó cicatrices, era increíble lo que podía hacer un simple palo adornado, pensó mientras sentía el fresco de la noche. Un poco mas allá vio que todos los monjes estaban ordenados, y recibían de Doji armas pequeñas, alcanzó a ver que eran shurikens y dagas, que los monjes escondían en sus ropajes. Como eran armas insignificantes no se acercó a pedir, se acercó a un árbol, dejo su hacha apoyada en el tronco y se vistió con armadura de cuero tachonado. Tomó una de las dagas que traía encima y cortó algunas partes para dejarla mas cómoda, de manera que no impidieran el movimiento de sus miembros.
Los monjes comenzaron a salir del dojo, en dirección a la plaza, así que Grownn los imitó, cogió su hacha y se la colgó en la espalda.
La calle, copada de gente que iba en la misma dirección, no impidió el avance de los semiorcos, eran respetados así que las otras razas, principalmente humanos se hacían a un lado cuando pasaban.

Ya en la plaza se podía ver que estaba a más no poder, mucha gente de todas las razas mirando el escenario, niños corriendo por doquier, personas vendiendo comida, cosas para beber.
Grownn recorrió la plaza en busca de su padre, pero no lo divisó. El estruendo de un enorme bombo lo sacó de sus pensamientos y lo hizo mirar el enorme escenario del centro.
Comenzaban a entrar los encapuchados ganadores del torneo, eran muchos mas de los que había visto en las competencias, el retumbar del bombo cesó. Un silencio absoluto lleno la plaza mientras los encapuchados se quitaban lentamente las capas, y dejaban a la vista sus cuerpos llenos de tatuajes.
Algunos se adelantaron con antorchas en las manos, y al soplar en ellas una enorme llama emergió de ellas.
Exclamaciones de asombro brotaban por doquier, mientras algunos personajes de los ganadores dibujaban algo en el centro del escenario.
Las enormes llamas comenzaron a tomar formas de dragones que volaban sobre las cabezas de los asombrados espectadores.
Grownn alcanzó a ver 3 orcos sobre el escenario, también cubiertos por esas extrañas marcas, lo que aumentó aún mas su asombro. A último momento captó que un individuo seguía encapuchado, mientras los demás se inclinaban y llevaban las manos al símbolo que ya habían completado, dijeron unas palabras y el símbolo mágico comenzó a brillar. De en medio comenzó a emerger lentamente una cabeza muy grande, luego aparecieron los hombros, los brazos y todo el resto del cuerpo.

- Es enorme!- pensó Grownn mientras veía que el individuo avanzaba hacia el bombo, lo tomaba entre sus manos y lo rompía. Metió las manos dentro y sacó 2 armas, unas pelotas cubiertas de espinas encadenadas a unos huesos. En ese mismo instante los monjes semiorcos liderados por Doji saltaron frente al monstruo, se dieron vuelta hacia el público y se pusieron en posición de combate.

- ¿Qué rayos pasa?- pensó Grownn estupefacto mientras veía como Doji salia por detrás del escenario, y no alcanzó a pensar más nada, puesto que el gigante avanzo un par de pasos hacia la multitud y golpeó con ambas manos. La gente que no alcanzó a correr, voló por los aires y cayeron sus miembros despedazados un poco mas allá.

Gritos de pánico invadieron la plaza, mientras que los individuos que estaban en el escenario descubrían la huesuda forma del último encapuchado que quedaba, una extraña forma parecida a un esqueleto comenzó a arder, y atrajo las llamas de las antorchas a su cuerpo.

El caos reinó y todos trataron de salir de la plaza, pero en cada salida había un encapuchado y monjes semiorcos del dojo de Doji impidiendo el paso de los inocentes ciudadanos.
Bolas de fuego comenzaron a volar, provenientes del ardiente ser, el gigante seguía batiendo a todo quien se le atravesara, sin embargo muchos monjes de otros dojos le hicieron frente impidiendo que siguiera matando a las personas. La multitud trató de huir pero en cada esquina de la plaza, monjes semiorcos, que acompañados de algunos encapuchados impedían el paso. Los monjes descubrieron a los encapuchados y unas monstruosas formas aparecieron.

En una esquina, una masa de cadenas golpeaba a diestra y siniestra a todo lo que se acercara, en la otra un grupo de elfos oscuros cercenaban con sus espadas a todo aquel que tratara de salir por su vía, y por último un extraño ser que arrojaba sangre por las manos, y todo quien era rociado, se volvía loco y atacaba a quien más cerca tuviera.






Grownn se encontraba cerca de este último ser, y por ende de la salida protegida por éste. El miedo y el caos reinante de las personas que traban de escapar por esa vía era abrumador, corrían desesperados. Cualquier persona que se acercaba al monstruo, era rociada por el líquido que los volvía locos, y mataban a quien más cerca estuviera, no importando si eran amigos o familiares...por otro lado los monjes amparados en sus técnicas de combate no dejaban salir a nadie.
Grownn se acercó a un muro, lo golpeó un par de veces y comprobó que estaba hecho de barro y paja.
Se aseguró bien el hacha a la espalda, sostuvo una daga en cada mano y dio un salto con todas sus fuerzas. No alcanzó a llegar al borde superior pero al llegar lo más alto posible, clavó ambas dagas en el muro y quedo suspendido. Reunió algo más de fuerza y trató de escalar usando ambas dagas, clavando una para subir y la otra para sujetarse. Lamentablemente no contaba con que algunas partes del muro estaban muy duras y rompió 3 dagas.
- Malditas dagas, no sirven de nada!- maldijo desesperado mientras colgaba de una sola daga. Trató de patear el muro nuevamente para llegar al borde, y estuvo a punto de lograrlo, sintió como sus dedos rozaban el borde, pero cayó. En un rápido movimiento pudo agarrarse de la última daga que estaba clavada, y milagrosamente ésta resistió su peso. No tenía mucho tiempo, a su espalda sentía como avanzaba la criatura que arrojaba sangre, así que respiró hondo, y pateó nuevamente el muro empujándose hacia arriba. Esta vez si logró llegar arriba y en un último esfuerzo subió al techo de la construcción.
Desde la altura pudo ver como la bestia que tenia las esferas con puntas seguía golpeando a diestra y siniestra, claro que ahora solo volaban monjes que habían logrado retrasar su avance, miró a las otras esquinas y en una vio como varios monjes trataban de contener a la extraña forma de cadenas, pero parecía imposible. En la última esquina, los elfos se acercaban cada vez mas al centro de la plaza cortando a todo quien se acercara, una verdadera masacre. De pronto sintió como retumbaba cerca suyo toda la construcción, era la criatura que daba grandes saltos y caía sobre los ciudadanos aplastándolos sin piedad.
De pronto sus ojos se encontraron, y la criatura saltó hacia el techo donde se encontraba Grownn. Éste en un rápido movimiento lanzó un hacha arrojadiza pero la bestia la tomó con una mano y la devolvió, con tanta fuerza que terminó hundiéndose en el techo de la construcción.
Con algo de suerte Grownn pudo moverse antes que la criatura cayera sobre él, se había salvado por poco, el techo se derrumbo junto con la criatura que quedó atrapada entre los escombros.
- De la que me he salvado...- pensó mientras a lo lejos divisaba una pequeña cortina de polvo acercándose.
Era la caballería, comandada por su padre, que venía a ayudar. Grownn sintiendo renovadas sus fuerzas miró hacia abajo y vio como los monjes semiorcos estaban solos, seguían reteniendo a los ciudadanos pero la cercanía de su padre lo llenó de motivación, blandió su gran hacha y gritó:
- POR HOLG!!!! WOOOOAAAAAAAAAA!!!!-
Dio un salto hacia donde estaban los monjes traidores, sin preocuparle la altura. En la caída logró dejarle una gran herida al monje más cercano, quien cayó inconsciente. Las rodillas le temblaban por la estrepitosa caída. Repentinamente detrás de los monjes apareció un semiorco cubierto de una armadura de placas, blandiendo el hacha doble orca...era su hermano! En un rápido giro lanzó 2 cortes y elimino 2 monjes.
- Hermano...levántate- dijo mientras extendía una mano hacia Grownn .
- ¿Dónde estaban? Esto es una masacre!- preguntó Grownn blandiendo nuevamente su arma.
- Hemos sido engañados por Doji, la ayuda viene en camino, despejemos esta vía- dijo y se abalanzó sobre otros monjes.
Por su lado, 2 enemigos le hicieron frente a Grownn y ambos atacaron al mismo tiempo. El primero fue tan veloz que pudo golpear a Grownn sin complicaciones, con tanta fuerza que casi lo deja inconsciente, mientras se recuperaba del golpe pudo ver de manera borrosa como se le venía encima el otro monje. Reunió toda la fuerza posible y en un rápido movimiento se adelantó y partió al monje en dos, de la cabeza a los pies. La visión de este golpe le despejaron la mente y pudo esquivar al monje que había logrado golpearlo la primera vez. Ahora le tocaba atacar, y pudo sorprenderlo en un movimiento inesperado, produciendo una herida que mató al monje traidor.
El hermano de Grownn hacia lo suyo por su lado, en poco tiempo terminó con la vida de todos los monjes que lo rodeaban sin mucho esfuerzo.
- WOOOOOOOO- gritó Grownn levantando el hacha en señal de triunfo, y las personas que quedaban con vida en la plaza se dieron cuenta que la vía estaba despejada, corrieron hacia ella y pudieron salir.

Ojo: las imágenes no son mias, las saque del manual del jugador.

miércoles, 6 de junio de 2007

En busca de un consejo...

Terminada la pelea en la taberna, Grownn trató de razonar con Himsh, sería bueno ir a descansar un rato al dojo, para recuperarse de las heridas infligidas por los enanos.
Himsh antes de salir tomó una jarra tirada en el suelo y la llenó de la cerveza que caía de un barril roto.
La calle repleta de gente a esa hora no era un obstáculo para el torpe avanzar del gran semiorco, quien debido a la gran cantidad de cerveza ingerida, botaba a su paso a todo quien chocara con él.
Grownn caminaba tranquilo, observando como los niños humanos reían cuando eran arrojados al suelo por la muralla de músculos de Himsh, quien ni siquiera los sentía.
A pocos pasos del dojo, el gran bárbaro se detuvo y trató de hablar algunas palabras.
- Himsh no querer descansar...querer ir a beber!- y apresuradamente se metió a la primera taberna que encontró.
Todavía era temprano para ir a descansar al dojo, pensó Grownn y se dirigió a visitar a su padre al fortín.
Tras de sí, nuevamente sonaban platos rotos, mesas volteadas, y gritos de la taberna en donde había entrado Himsh. Grownn movió la cabeza sonriendo y caminó hacia el fortín.
En la entrada un par de guardias humanos ataviados en armadura completa, con alabardas en sus manos le impidieron el paso.
-¿Qué quieres?- dijo uno.
- Vengo a ver a mi padre-
-¿Y quién es tu padre si se puede saber? ¿Cómo te llamas?- volvió a hablar el mismo guardia.
- Soy Grownn, hijo del gran Holg- respondió Grownn mientras sacaba el pecho henchido de orgullo.-
- Espera un momento- dijo el guardia, algo desconfiado mientras entraba y cerraba el portón tras de sí.

Mientras tanto, el joven semiorco miraba al otro guardia, bien disciplinado, siempre atento.
-Muy bien... sígueme muchacho- Grownn caminó a través de un pasillo, en cuyo costado descansaban numerosas armas, verdaderas armas, que no se encontraban en el dojo de Doji. Sus ojos se abrieron de par en par y una extraña emoción invadió su cuerpo. En el patio del recinto, muchos guerreros practicaban en pares, todos usando aquellas armas, algunos usando versiones de madera, los mas experimentados usando de metal.
-¿Quieres practicar muchacho?- dijo el guardia que lo guiaba a través del pasillo.- ¿O tienes miedo?-
- Miedo jamás, pero sin armas no creo que sea un combate justo- Contestó Grownn mientras miraba el pequeño arsenal que había en el muro.
- Pues saca una de esas- respondió el guardia mientras tomaba una espada corta y otra larga.
Grownn entusiasmado se dio vuelta y cogió un espadón, espada más grande y pesada que las comunes.
Vio como el guardia practicaba con ambas espadas, una en cada mano y le dieron ganas de hacer lo mismo. Tomó el espadón con ambas manos y lanzó un par de cortes al aire. Sentir el peso del arma y la dureza del mango en las manos le revolvió el corazón.
- Estoy listo...- dijo, y no alcanzó a decir más, puesto que el guardia se había abalanzado sobre él.
Sorprendido por la rapidez a pesar de llevar una armadura completa, Grownn trató de parar algunos golpes que soltó su contrincante. Dos alcanzaron su cuerpo y logró parar uno.
El calor de la sangre que brotaba por las heridas recién hechas le produjo una furia incontrolable. A menudo sufría estos ataques, sus músculos crecían de una manera impresionante, casi al punto de romper la piel, los ojos inyectados en sangre y un palpitar muy rápido invadían su cerebro.

-WOAAAAAAAAAAAAAARRRRRGH!!!!!!!!- gritó mientras blandió el espadón con tanta fuerza que se le soltó de las manos y salió volando, cruzó el patio a gran velocidad y se incrustó en el muro del segundo piso, frente a una persona enorme ataviada de armadura que venía distraído leyendo unos papeles.
La furia desapareció tan rápido como llegó y Grownn pudo ver claramente los hinchados ojos rojos de su padre, quien casi había sido decapitado por el espadón.
-GROOOOOWNNNN!!!! VEN ACÁ!!!- gritó con tanta fuerza que los guardias que practicaban en el patio se fueron de inmediato, el guardia que desafió a Grownn se puso pálido como fantasma y se marchó lentamente a su puesto, sabiendo el castigo que sufriría.
Grownn subió rápidamente, con la cabeza baja, avergonzado por lo que había pasado pero orgulloso del temor que provocaba su padre en los demás.
-¿Qué quieres, necesitas más dinero?, ¿ No ves que estoy ocupado? Me has avergonzado, tu madre nunca debió enseñarte esas cosas!- dijo impaciente mientras sus ojos volvían a tornarse normales.
- Lo siento padre, pero ese guardia me desafió y ya sabes que no soy un cobarde-
-¿A que has venido? No me hagas perder mi valioso tiempo- Dijo mientras se daba la vuelta.
- ¡Espera! Necesito un consejo del mejor guerrero que conozco- dijo Grownn.
Su padre sorprendido, volvió a darle la cara y preguntó:
-¿Quién es ese guerrero?-
- Pues lo tengo frente a mí- contestó con toda franqueza Grownn. Holg mas calmado ahora posó su mano en el hombro de Grownn y dijo:
- Muy bien hijo habla-
- Necesito especializarme en algún arma, algo mas imponente que las chucherías que traigo encima- Dijo Grownn mientras mostraba las dagas y hachas arrojadizas.
- Mira hijo, yo empecé con eso, y tu hermano también- respondió mientras apuntaba una Gran Hacha.
- Ahora tengo que seguir con mis cosas, espero que llegado el momento actúes como corresponde a uno de mis hijos, si no es así, yo mismo te perseguiré, y conocerás el verdadero terror que provoca Holg el grande, ahora vete y no confíes en Doji, se ha portado muy raro últimamente...-
Dio media vuelta y se fue.
Grownn bajó al patio, se acercó a aquella arma, algo descuidada, no tan brillante como la de su padre, la tomó entre sus manos y se imaginó combatiendo con ella, era un arma efectiva que cumplía con sus expectativas. Si su padre se la había recomendado no podría estar equivocado.
Caminó a través del pasillo por donde entró y se fijó en un grupo de armaduras amontonadas en un rincón, se hechó sobre el hombro izquierdo una de cuero tachonado y salió por la puerta de entrada, con la cabeza en alto.
Miró al guardia que lo había desafiado hace poco, seguía pálido.
- Algún día terminaremos lo que empezamos- dijo y no esperó respuesta, solo avanzó hacia el dojo, pensando en lo que le había dicho su padre, llevando sobre el hombro su nueva arma...

El festival de Kalethean...

Hace mucho tiempo los orcos arrasaron una fértil llanura cubierta de grandes árboles, flora, fauna. Un bosque indómito que cayó ante el salvaje avance de estos seres, quienes “limpiaron” el terreno para permitir el nacimiento de una prospera civilización, tarea llevada a cabo por los elfos.
Kalethean es la capital de dicha nación, grande y soberbia, de clima templado, rodeada por un muro de montañas, y por lo que no pudo ser arrasado por los orcos, un inmenso bosque todavía inexplorado en su totalidad. Al este, el mar baña sus costas, albergando un sinnúmero de pequeños puertos en donde el comercio florece día a día.
Ninguna otra ciudad cuenta con tantos habitantes, en donde la mayoría de las razas coexisten sin problemas.
Grownn creció escuchando esta historia, y todos los habitantes la sabían, es por esto que existía un respeto hacia los descendientes de los orcos, ya que los orcos puros habían desaparecido del mapa, después de ayudar a forjar la nación.
El joven semiorco, hijo de padres semiorcos, fue criado por su madre a la usanza salvaje, aprendiendo las costumbres y técnicas pasadas de generación en generación, para sobrevivir en el inhóspito ambiente natural, para no sentir miedo ante nada, para sacar provecho de la fuerza de su raza.
Sin embargo a temprana edad, Grownn perdió a su madre, que fue llevada al otro mundo por una extraña enfermedad que últimamente afectaba a los semiorcos.
Su padre, el Gran Holg, actual comandante de la guarnición de la ciudad, no pudo encargarse de él, debido a que nunca estuvo de acuerdo con la forma en que fue criado el joven semiorco. Grownn era indisciplinado y rebelde, defectos que en la guarnición no eran vistos de buena manera por su padre, un guerrero de tomo y lomo, así que lo envió con un antiguo amigo de batallas, Doji, un monje semiorco al mando de un dojo, para que aprendiera un poco de disciplina.
Más que en un maestro, Doji se transformó en una especie de hermano mayor, que trataba de inculcar las técnicas del combate a su pupilo, sin mucho éxito.
Así creció Grownn, practicando día a día dichas técnicas que le sirvieron para aumentar su fuerza y musculatura, pero que no le llamaban la atención. En su interior la sangre salvaje de su madre clamaba por aflorar.

Cada año, la capital festejaba su fundación con un festival que convocaba a personas de todo el reino. En dicho evento competían todos los dojos, representando cada uno un tipo de combate diferente. Hacían 4 años que el dojo de Seiyuro Takeda ganaba las competencias, escuela directamente rival de Doji, quien algún tiempo fue pupilo de Seiyuro, pero por gustos en diferentes estilos de combate se distanciaron.
El tan esperado día del festival había llegado y Grownn a pesar de no participar representando el dojo de su amigo, por no ser monje, iba a estar presente en las gradas animando a los semiorcos, quienes creían que la mejor técnica era la fuerza bruta por sobre todas las demás.
Grownn se despertó expectante, se podía sentir la tensión y nerviosismo de los luchadores en el ambiente. Salió al patio a ver los preparativos y pudo notar que todos los representantes que combatirían ese día, estaban formados, esperando que el chamán del dojo les diera de beber un extraño y humeante brebaje que los dejaba más tranquilos y enfocados.
Y llegó la hora, después de escuchar al maestro del dojo, partieron hacia el lugar de la competencia.
Antes de salir, Grownn se acercó a un estante que contenía algunas armas y tomó 4 dagas y 4 hachas arrojadizas, nunca está de mas andar con algo de protección encima. Puso algunas en el cinto y otras en los brazos y piernas y salió, siguiendo la larga fila de los semiorcos.
Al avanzar hacia el estadio pudo notar como los demás habitantes se hacían a un lado, permitiendo el bullicioso avanzar de los semiorcos, quienes lanzaban gritos de aliento a cada paso.
Al entrar al estadio Grownn quedó sorprendido de lo lleno que estaba, caminó hacia el lugar “reservado” por los de su raza y se sentó a esperar que empezara el espectáculo. Compró un gran trozo de carne a un vendedor que pasaba y comenzó a desayunar. Los gritos desenfrenados de los semiorcos dieron cuenta del inicio de los combates, y Grownn pudo ver que el primero en salir era Dench, el mejor guerrero del dojo de Doji, se enfrentaría un flacucho humano del dojo de Seiyuro que se veía muy nervioso desde las gradas. No duró mucho el pobre, cada golpe que intentaba dar, era esquivado o detenido por Dench quien devolvía certeros golpes al pobre humano. Esto provocaba grandes gritos en la barra de los semiorcos, hasta que llegó el final del combate, y Dench asestó un golpe tan poderoso que el monje humano quedó colgando de su poderoso brazo extendido y cayó inconsciente al piso.
-EEEEEEEEHHHHHHHH- resonó en toda la barra de semiorcos, Grownn extasiado por la victoria terminó su carne y viendo que el hueso era lo bastante largo y resistente lo guardó en su cinto a modo de espada. Así continuaron los combates hasta que llegó el turno de unos extraños individuos encapuchados. La sorpresa fue grande en la barra semiorca cuando uno de los individuos se quitó la capucha y rebeló a un orco, inmenso y verde, de rostro feroz y cuerpo tatuado, que ganó sin complicaciones su combate. Al final del festival, los ganadores fueron estos extraños encapuchados, quienes presentarían un gran show en la plaza a modo de muestra de su estilo de lucha. El dojo de Doji no pudo ganar por poco, pero lo que contaba era que había quedado sobre el dojo de Seiyuro su rival. Además la victoria del orco recién aparecido los llenaba igualmente de alegría ya que se pensaba que la raza pura orca estaba extinta.
Grownn quería saber lo que opinaba Doji de todo esto, así que si dirigió hacia el dojo. En el trayecto gritos de pelea llamaron su atención, venían de una taberna cercana. Entró y pudo ver como un grupo de enanos rodeaban a un gran semiorco llamado Himsh, que Grownn había visto muchas veces en el dojo, casi siempre entraba y salía varios días después del bosque impenetrable.
Lo que empezó en empujones terminó en una gresca de proporciones cuando los enanos se abalanzaron y golpearon entre todos al gigante. La taberna fue quedando vacía debido a los objetos que saltaban hacia cualquier parte, en cierto momento Grownn se percató que los enanos estaban superando a Himsh y decidió meter sus narices. Desenvainó su hueso, se acercó lo más rápido que pudo y usando ambas manos asestó un golpe en la cabeza del enano más cercano. Éste enojado y algo aturdido se dio vuelta, soltando a Himsh y se abalanzó sobre Grownn, quien sorprendido por la fiereza del pequeño no pudo esquivar un golpe muy fuerte que casi le quita el aliento. El enano no se quedó quieto y quiso golpear nuevamente, pero ahora Grownn más atento logró esquivar el golpe y nuevamente usando su hueso, martilló la cabeza del enano que quedó inconsciente en el suelo. El hueso no resistió más y se partió en muchos pedazos, pero le había servido bien.
- Son ciertas las historias que cuentan sobre lo cabeza dura que son los enanos jajajaja- pensó.
Mientras tanto, Himsh se había enfurecido, sus músculos enormes luchaban por salir de la piel, incluso parecía que había crecido! Lanzó con un manotazo a un enano, que cayó cerca de Grownn, luego tomó a dos enanos, uno en cada mano y los chocó con tanta violencia que los pobres no supieron que les pasó.
El enano que estaba cerca de Grownn se levantó pálido de miedo, mirando como el gigante arrojaba mesas y todo lo que impidiera su paso para avanzar hacia él. Grownn sintiendo lástima empujó con tal fuerza al enano que lo hizo volver en sí para que huyera.
-¿Me habré hablandado?...no puede ser!- pensó mientras observaba como Himsh ya mas calmado recuperaba su condición inicial, había sido una lucha espectacular, todavía le dolía el impacto del enano en su cuerpo...debería no ser tan confiado la próxima vez.