miércoles, 6 de junio de 2007

El festival de Kalethean...

Hace mucho tiempo los orcos arrasaron una fértil llanura cubierta de grandes árboles, flora, fauna. Un bosque indómito que cayó ante el salvaje avance de estos seres, quienes “limpiaron” el terreno para permitir el nacimiento de una prospera civilización, tarea llevada a cabo por los elfos.
Kalethean es la capital de dicha nación, grande y soberbia, de clima templado, rodeada por un muro de montañas, y por lo que no pudo ser arrasado por los orcos, un inmenso bosque todavía inexplorado en su totalidad. Al este, el mar baña sus costas, albergando un sinnúmero de pequeños puertos en donde el comercio florece día a día.
Ninguna otra ciudad cuenta con tantos habitantes, en donde la mayoría de las razas coexisten sin problemas.
Grownn creció escuchando esta historia, y todos los habitantes la sabían, es por esto que existía un respeto hacia los descendientes de los orcos, ya que los orcos puros habían desaparecido del mapa, después de ayudar a forjar la nación.
El joven semiorco, hijo de padres semiorcos, fue criado por su madre a la usanza salvaje, aprendiendo las costumbres y técnicas pasadas de generación en generación, para sobrevivir en el inhóspito ambiente natural, para no sentir miedo ante nada, para sacar provecho de la fuerza de su raza.
Sin embargo a temprana edad, Grownn perdió a su madre, que fue llevada al otro mundo por una extraña enfermedad que últimamente afectaba a los semiorcos.
Su padre, el Gran Holg, actual comandante de la guarnición de la ciudad, no pudo encargarse de él, debido a que nunca estuvo de acuerdo con la forma en que fue criado el joven semiorco. Grownn era indisciplinado y rebelde, defectos que en la guarnición no eran vistos de buena manera por su padre, un guerrero de tomo y lomo, así que lo envió con un antiguo amigo de batallas, Doji, un monje semiorco al mando de un dojo, para que aprendiera un poco de disciplina.
Más que en un maestro, Doji se transformó en una especie de hermano mayor, que trataba de inculcar las técnicas del combate a su pupilo, sin mucho éxito.
Así creció Grownn, practicando día a día dichas técnicas que le sirvieron para aumentar su fuerza y musculatura, pero que no le llamaban la atención. En su interior la sangre salvaje de su madre clamaba por aflorar.

Cada año, la capital festejaba su fundación con un festival que convocaba a personas de todo el reino. En dicho evento competían todos los dojos, representando cada uno un tipo de combate diferente. Hacían 4 años que el dojo de Seiyuro Takeda ganaba las competencias, escuela directamente rival de Doji, quien algún tiempo fue pupilo de Seiyuro, pero por gustos en diferentes estilos de combate se distanciaron.
El tan esperado día del festival había llegado y Grownn a pesar de no participar representando el dojo de su amigo, por no ser monje, iba a estar presente en las gradas animando a los semiorcos, quienes creían que la mejor técnica era la fuerza bruta por sobre todas las demás.
Grownn se despertó expectante, se podía sentir la tensión y nerviosismo de los luchadores en el ambiente. Salió al patio a ver los preparativos y pudo notar que todos los representantes que combatirían ese día, estaban formados, esperando que el chamán del dojo les diera de beber un extraño y humeante brebaje que los dejaba más tranquilos y enfocados.
Y llegó la hora, después de escuchar al maestro del dojo, partieron hacia el lugar de la competencia.
Antes de salir, Grownn se acercó a un estante que contenía algunas armas y tomó 4 dagas y 4 hachas arrojadizas, nunca está de mas andar con algo de protección encima. Puso algunas en el cinto y otras en los brazos y piernas y salió, siguiendo la larga fila de los semiorcos.
Al avanzar hacia el estadio pudo notar como los demás habitantes se hacían a un lado, permitiendo el bullicioso avanzar de los semiorcos, quienes lanzaban gritos de aliento a cada paso.
Al entrar al estadio Grownn quedó sorprendido de lo lleno que estaba, caminó hacia el lugar “reservado” por los de su raza y se sentó a esperar que empezara el espectáculo. Compró un gran trozo de carne a un vendedor que pasaba y comenzó a desayunar. Los gritos desenfrenados de los semiorcos dieron cuenta del inicio de los combates, y Grownn pudo ver que el primero en salir era Dench, el mejor guerrero del dojo de Doji, se enfrentaría un flacucho humano del dojo de Seiyuro que se veía muy nervioso desde las gradas. No duró mucho el pobre, cada golpe que intentaba dar, era esquivado o detenido por Dench quien devolvía certeros golpes al pobre humano. Esto provocaba grandes gritos en la barra de los semiorcos, hasta que llegó el final del combate, y Dench asestó un golpe tan poderoso que el monje humano quedó colgando de su poderoso brazo extendido y cayó inconsciente al piso.
-EEEEEEEEHHHHHHHH- resonó en toda la barra de semiorcos, Grownn extasiado por la victoria terminó su carne y viendo que el hueso era lo bastante largo y resistente lo guardó en su cinto a modo de espada. Así continuaron los combates hasta que llegó el turno de unos extraños individuos encapuchados. La sorpresa fue grande en la barra semiorca cuando uno de los individuos se quitó la capucha y rebeló a un orco, inmenso y verde, de rostro feroz y cuerpo tatuado, que ganó sin complicaciones su combate. Al final del festival, los ganadores fueron estos extraños encapuchados, quienes presentarían un gran show en la plaza a modo de muestra de su estilo de lucha. El dojo de Doji no pudo ganar por poco, pero lo que contaba era que había quedado sobre el dojo de Seiyuro su rival. Además la victoria del orco recién aparecido los llenaba igualmente de alegría ya que se pensaba que la raza pura orca estaba extinta.
Grownn quería saber lo que opinaba Doji de todo esto, así que si dirigió hacia el dojo. En el trayecto gritos de pelea llamaron su atención, venían de una taberna cercana. Entró y pudo ver como un grupo de enanos rodeaban a un gran semiorco llamado Himsh, que Grownn había visto muchas veces en el dojo, casi siempre entraba y salía varios días después del bosque impenetrable.
Lo que empezó en empujones terminó en una gresca de proporciones cuando los enanos se abalanzaron y golpearon entre todos al gigante. La taberna fue quedando vacía debido a los objetos que saltaban hacia cualquier parte, en cierto momento Grownn se percató que los enanos estaban superando a Himsh y decidió meter sus narices. Desenvainó su hueso, se acercó lo más rápido que pudo y usando ambas manos asestó un golpe en la cabeza del enano más cercano. Éste enojado y algo aturdido se dio vuelta, soltando a Himsh y se abalanzó sobre Grownn, quien sorprendido por la fiereza del pequeño no pudo esquivar un golpe muy fuerte que casi le quita el aliento. El enano no se quedó quieto y quiso golpear nuevamente, pero ahora Grownn más atento logró esquivar el golpe y nuevamente usando su hueso, martilló la cabeza del enano que quedó inconsciente en el suelo. El hueso no resistió más y se partió en muchos pedazos, pero le había servido bien.
- Son ciertas las historias que cuentan sobre lo cabeza dura que son los enanos jajajaja- pensó.
Mientras tanto, Himsh se había enfurecido, sus músculos enormes luchaban por salir de la piel, incluso parecía que había crecido! Lanzó con un manotazo a un enano, que cayó cerca de Grownn, luego tomó a dos enanos, uno en cada mano y los chocó con tanta violencia que los pobres no supieron que les pasó.
El enano que estaba cerca de Grownn se levantó pálido de miedo, mirando como el gigante arrojaba mesas y todo lo que impidiera su paso para avanzar hacia él. Grownn sintiendo lástima empujó con tal fuerza al enano que lo hizo volver en sí para que huyera.
-¿Me habré hablandado?...no puede ser!- pensó mientras observaba como Himsh ya mas calmado recuperaba su condición inicial, había sido una lucha espectacular, todavía le dolía el impacto del enano en su cuerpo...debería no ser tan confiado la próxima vez.

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