miércoles, 25 de julio de 2007

Recogiendo todo lo posible...

A pesar de lo herido que estaba, Grownn comenzó a caminar mirando todo a su alrededor, en busca de algo interesante. Varias cosas captaron su interés, tomó una gran hacha muy pulida, de filo helado al tacto, y la cambió por la que portaba, descubrió unas botas de piel que se calzó de inmediato, unos zapatos muy pequeños que seguramente le quedarían a Ele, tres yelmos de extraña forma. Se puso el más extraño y liviano y siguió con su búsqueda. Le interesaba encontrar alguna armadura ligera que ponerse, ya que la que llevaba estaba convertida en jirones de cuero. Halló una de cuero tachonado que se puso de inmediato, entre muchas otras separó una muy pesada, que parecía ser de piedra, y una un tanto más pequeña.
Separó 7 espadas cortas que sobresalían entre muchas, 5 escudos muy extraños de metal, y dos de madera.
Mientras tanto, Ulfgar recorría la habitación curando a los heridos, dejándolos despiertos.
Zardek, el primero en despertar, se acercó a Grownn para preguntar que había pasado con la estatua.
- Esta como piedra de nuevo- respondió Grownn y siguió buscando objetos.
Todos, ya recuperados, imitaron a Grownn, y comenzaron a buscar cada uno por su lado. Pasado cierto tiempo, en la entrada del túnel, Grownn sintió una voz familiar.
- GROWNN...HIMSH BUSCAR...HIMSH CONTENTO!- gritó el gigante semiorco, detrás de una figura humana ataviada de armadura.
- Grownn...soy Sigfrid, pertenezco a la guardia de la ciudad, y sirvo a tu padre, el gran Holg...me alegra encontrar sobrevivientes- dijo el humano mientras miraba alrededor.
Grownn comprobó que el individuo decía la verdad, ya que portaba un pequeño estandarte de la guardia en sus ropas.
- ¿Mi padre esta vivo?-
- No lo sé...estaba combatiendo a una criatura enorme la última vez que lo vi, pero no encontré ni su cuerpo, ni el de la criatura- respondió Sigfrid.
- Eso me da esperanza...espero que siga con vida...acércate, estos guerreros los encontré mientras escapaba de unas enormes lagartijas, son todos de fiar- dijo el joven semiorco mientras se acercaba a Himsh.
- Me alegro de que sigas con vida Himsh, siéntate y descansa-

Terminadas las presentaciones de rigor, Grownn llamó a los demás y les fue pasando lo que podía quedarles al resto. El pequeño Ele se abalanzó sobre el montón de artículos seguramente movido por la curiosidad, pero Grownn lo levantó en el aire con un brazo.
- Tranquilo Ele...esto puede quedarte- dijo mientras le pasaba los zapatos pequeños y la armadura más pequeña.
- Ulfgar...esta armadura puede que te quede, parece de piedra...-
El enano se la puso de inmediato, mientras Grownn le pasaba el casco con orejas de metal a Zardek, y el que tenía unos pequeños vidrios en los ojos a Sigfrid.
Grownn tomó un escudo de madera negra, y se lo colgó a modo de mochila, los demás podrían tomar el que quisieran.
Ya repartido la mayoría de los objetos del montón, los demás guerreros comenzaron a intrusear por todos lados. Grownn tomó algunas monedas de oro y una enorme piedra verde, que parecía ser jade.
Así pasó el tiempo hasta que todos hubieron sacado lo que más les llamó la atención, Sigfrid descubrió que al acercarse a la fuente portando objetos, ésta les describía sus propiedades y cualidades, así que todos se acercaron para ver que cosa habían tomado. Lo más extraño que pasó fue que Zardek se puso un anillo y al acercarse a la fuente su apariencia cambió. Se había convertido en una hembra elfo, pero nadie se extrañó, solamente rieron.
Todos se dirigieron a la puerta cuando de repente la luz de la habitación se apagó y la oscuridad se hizo presente.
Era muy extraño lo que había pasado, el grupo comenzó a avanzar en línea para no caer en las trampas del túnel. Cada vez que pasaban por el sector peligroso, Ulfgar y Sigfrid brillaban en la oscuridad, situación que los dejó muy extrañados, pero salieron de ahí sin problemas.

A lo lejos se divisaba la entrada a la caverna, por lo que todos avanzaron rápidamente.
Grownn pudo notar a la distancia que en la entrada el suelo comenzaba a subir, y de las paredes laterales algo salía.
- Algo pasa en la entrada, parece que se cierra!- gritó mientras corría a toda velocidad.

No avanzó mucho ya que de los montículos aparecieron unas extrañas máquinas que avanzaron hacia ellos claramente con no muy buenas intenciones.
Ulfgar usando su extraño poder, iluminó una roca, arrojándola cerca de la entrada para que todos vieran mejor.
Las máquinas avanzaron y el combate comenzó.
Grownn se acercó a una máquina azul y trató de golpearla con todas sus fuerzas. El combate estuvo parejo, parecía que el metal del cual estaba hecho el armatoste metálico era muy resistente. Grownn recibió algunos golpes de martillo, hasta que pudo asestar un golpe que terminó por dejar al objeto todo abollado, sin funcionamiento.
Un sonido muy fuerte se dejó sentir desde la parte trasera de la cueva, Grownn fue sorprendido y quedó paralizado pero consciente.
Pasó un momento hasta que pudo moverse nuevamente, miró a su alrededor y se percató que muchos aparatos ya estaban fuera de combate, Himsh se había encargado de la retaguardia, eliminando un par de armatostes rojos, por su parte, Ulfgar ya tenía uno a sus pies y Sigfrid golpeaba todavía a uno azul. El humano Achen estaba siendo atacado por uno rojo, pudo destruirlo pero enseguida detrás de éste llegó otro y lo golpeó tantas veces que cayó inconsciente. Zardek no resistió tantos golpes, como no portaba armadura, cayó irremediablemente.
Sólo quedaba un artefacto rojo, y Sigfrid, Himsh, Ulfgar y Grownn se acercaron a destruirlo.
Sorpresivamente el pequeño insecto metálico dejó fuera de combate a Himsh, hasta que fue destruido.
Ulfgar sanó las heridas de sus compañeros caídos, pero cuando se acercó al humano Achen se percató de que estaba muerto.
- Compañeros...Achen no sobrevivió...lo lamento...- dijo mientras se inclinaba y oraba a su dios.
- Salgamos de acá- dijo Sigfrid y comenzó a avanzar.
Grownn y los demás siguieron al humano hasta la entrada, Himsh cargó a Zardek y Achen y los dejó para cerrar la extraña puerta circular. No pudo a pesar de su enorme fuerza.
Por lo que Grownn escuchó, el símbolo en ella pertenecía a la deidad que Sigfrid seguía. La puerta fue cerrada luego de una pequeña búsqueda, ya que poseía un extraño mecanismo.

Ulfgar terminaba de curar a los heridos, cuando Himsh se recostó a descansar. Grownn haría lo mismo, pero antes esperó a que Sigfrid explorara la parte superior de la tienda de caza, cercionándose de que estarían seguros.
Quedaron en hacer guardias, por lo que Grownn dormiría hasta que lo despertaran.
Así pasó la noche cuando Grownn despertó sobresaltado con una mano en su boca. Era Sigfrid.
- Arriba hay algunas personas, no hables...son enemigas- dijo casi murmurando.
Grownn asintió y se incorporó agudizando su oído.
Pasó un momento y pudo escuchar que habían sido descubiertos. Tomó su hacha con ambas manos y les mostró a los demás el peligro que corrían.
Sigfrid no esperó más, y usando una maza golpeó con tal fuerza el techo del sótano, que un pie del supuesto enemigo quedó colgando.
Grownn se abalanzó con todas su fuerzas para golpear esa pierna, pero repentinamente sintió a sus espaldas un empujón de proporciones. No pudo guardar el equilibrio y se golpeó con su propia arma.
Grownn caía inconsciente...

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