sábado, 28 de julio de 2007

Una jornada para el olvido...

Grownn despertó de repente en una habitación rodeada por las llamas. Nuevamente el clérigo, usando el favor de su dios, arrancaba de las manos de la muerte al semiorco.
Enzarzados en un feroz combate, se encontraban Ele, Sigfried, y nuevamente Ulfgar, en contra de un extraño ser de armadura negra, armadura que poseía muchas puntas sobresalientes. Un poco más allá, sobre un mesón, yacían Zardek y Achen, en estado de inconsciencia.
Himsh, se batía contra un elfo que portaba espadas en ambas manos. Estático como una estatua, permanecía en medio de la sala un enano, quien sabe porqué razón.
Grownn trató de intervenir para ayudar a Himsh, pero el elfo se movió con una rapidez tal, que el semiorco no sintió cuando recibió dos golpes que lo hicieron caer nuevamente.
Desde el suelo, pudo apreciar antes de que se le cerraran los ojos, como Himsh era golpeado por una espada, y cuando caía al suelo, atravesado por la otra espada del elfo, para rematarlo.
La muerte nuevamente venía en busca de Grownn, pero los designios del destino son extraños.
Grownn despertó en la cueva que servía de entrada a la habitación del tesoro. El dolor era insoportable, y el olor a humo de la habitación que se consumía completamente inundaba el lugar.
Pasando la mirada a su alrededor, pudo comprobar que sus compañeros habían sobrevivido, pero Himsh no se levantaba, y Zardek no estaba.

Grownn se acercó al cuerpo de Himsh y lo agitó para que despertara.
- Despierta Himsh! No nos abandones!- dijo en un grito ahogado, pero el gigante semiorco no respondió.
- Está muerto Grownn...solo queda dejar que su cuerpo descanse...- dijo desde un poco más allá Ulfgar.
Sigfried realizó un pequeño ritual, según sus creencias para darle eterno descanso al guía del grupo.
No contento con esto, Grownn desenvainó una espada corta, se acercó al cuerpo de su compañero y le abrió el pecho.
- Descansa guerrero...que tu espíritu me acompañe, guía mi hacha, y dame valor...-
Tomó el corazón de Himsh con una mano, y bebió de su sangre.
- Pero que haces!- preguntó consternado Sigfried. - eso no es natural!-
Grownn no respondió, y haciendo un pequeño agujero en la tierra, enterró el corazón.

El grupo comenzó a discutir sobre las creencias de cada uno, pero Grownn no prestó atención. Sólo se sentó y con la vista perdida reflexionó sobre lo que habían pasado.

Así transcurrió el tiempo hasta que las llamas se extinguieron. Sería buena idea salir de ahí lo antes posible.
Ele se acercó a Grownn, y tirándolo de un brazo preguntó con su sonrisa característica:
- Oye Grownn...¿somos amigos no es cierto?-
- Hasta el momento no me has fallado...creo que si...-
- Excelente!- respondió Ele y se acercó a los demás a preguntar lo mismo.

Ya en la habitación, la destrucción era total. En un rincón yacía un bulto quemado, que por lo que dijeron los demás, era el cuerpo de Zardek.
Ulfgar se acercó y guardó algunas cenizas, lo mismo había hecho hacía un rato con el cuerpo de Himsh.
Para salir de ahí tendrían que trepar, por lo que Ele, ayudado por Sigfried , alcanzó el borde de la casa y pidió una cuerda para que todos pudieran subir.
Achen le lanzó una, y mientras Grownn avanzaba ultimó en la fila, de repente apareció al lado de Ele, en la parte superior.
- Pero que rayos!...¿que ha pasado? ¿cómo llegué acá?- preguntó sorprendido.
- No te preocupes Grownn...los dioses hacen cosas extrañas...además somos amigos- dijo el pequeño Ele y sonrió.
Grownn no preguntó más, tendrían que salir de ahí lo antes posible, y más tarde podría seguir preguntando. Tomó la cuerda con ambas manos y antes de que subiera Ulfgar, le pidió a éste que le alcanzara la gran hacha que yacía en el suelo.

Cuando todo el grupo estaba arriba, Sigfried puso en alerta a los demás. A lo lejos había divisado a 4 lagartijas verdes, si duda las mismas que lanzaban flechas, en dirección al bosque. Camino a la plaza, y por ende al fortín y a la biblioteca, se encontraba un reptil de piel gris, caminando en la techumbre de una casa. Tendrían que moverse rápido.
Caminarían hacia la plaza, Sigfried muy terco, se separó de los demás y se dirigió hacia la iglesia de San Cubert, Los demás lo alcanzarían luego de pensar que hacer.
Como resultado de una pequeña discusión, el resto del grupo decidió ir a buscar al paladín, pero cuando entraron a la iglesia, que estaba quemada, el humano no los dejó pasar a un lugar secreto. Sólo Ulfgar podría pasar, mientras Sigfried rezaba en el altar.
Ulfgar regresó luego de un momento cargado de pergaminos. El grupo comenzó a discutir que harían. Ya no tenían guía y entrar al bosque oscuro sin saber donde ir, era demasiado peligroso.
Grownn recordó de repente que Himsh entregaba información sobre sus andanzas en el bosque a alguien, y que seguramente ese alguien habría elaborado un mapa.
- Compañeros!...he recordado que Himsh le daba informes a alguien cuando volvía del bosque...al traidor de Doji!...posiblemente haya un mapa en el dojo, si queremos seguir sería bueno ir a buscarlo no creen?- dijo mientras miraba la reacción de sus compañeros.
Podrían seguir con la misión...pero para eso tendrían que llegar al dojo.
Emprendieron el camino con esperanzas renovadas...

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